Togakushi Jinja en Nagano | Un santuario de leyenda

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Siempre que diseño un itinerario por Japón, me gusta incluir lugares que guarden relación con su folklore, ya que me fascinan los relatos mitológicos japoneses.

El Santuario Togakushi, en Nagano, es uno de esos lugares mágicos que parece sacado de una leyenda. Y es que, de hecho, ¡lo es! Este santuario está profundamente ligado a uno de los mitos más antiguos y fascinantes del sintoísmo: la leyenda de la diosa del sol, Amaterasu.

Si como a mí, te apasiona la mitología y en especial la japonesa, el Togakushi Jinja, un santuario que aún (y digo aún, porque puede que en un año ya no sea así) no ha sido invadido por las masas de turistas que visitan Nagano; tiene que formar parte de tu itinerario ‘slow’ por Japón.

Zuishimon. Puerta del santuario superior

La leyenda tras el santuario Togakushi

«Cuenta la leyenda, que la diosa del sol Amaterasu, se ocultó en una cueva tras una disputa con su hermano, el dios de las tormentas, Susanoo, sumiendo al mundo en una profunda oscuridad y un caos terrible.

Desesperados, los demás dioses se reunieron para idear un plan que la hiciera salir de su escondite. Colocaron un espejo y joyas frente a la cueva, y organizaron una danza festiva para atraer la atención de Amaterasu, quien intrigada por los sonidos de la celebración, se asomó tras la piedra que taponaba la entrada de la cueva.  

En ese momento, otra deidad, empujó la puerta de la cueva que cayó a la Tierra y así volvió a reinar la luz en el mundo

Pues se dice que, justo donde calló la puerta de la cueva, se formó el monte sagrado Togakushi, donde se encuentra el santuario. ¡Ah! y si quieres, también puedes visitar la cueva (Ama no Iwato) donde se escondió Amaterasu, que se encuentra en Miyazaki (Kyūsū).

Tríptico de Toshimasa Shunsai (El Origen de Iwato Kagura) ©Wikipedia

Los 5 santuarios de Togakushi

En realidad, el santuario Togakushi lo comprenden 5 santuarios y cada uno de ellos consagra a una deidad del mito de la cueva de Amaterasu:

  • Ame-no-Tachikarao (el dios del poder), quien empujó la puerta de la cueva y quien se encuentra consagrado en el santuario principal: Okusha.
  • Ame-no-Yagokoro-Omoikane (la deidad del ingenio y la sabiduría) a quien se le ocurrió el plan para hacer salir a Amaterasu de la cueva y que se encuentra consagrado en el santuario  central: Chusha.
  • Ame-no-Uzume (la deidad del entretenimiento), quien bailó delante de la cueva
  • Ame-no-Uwaharu (hijo de Omoikane), que se encuentra consagrado en el santuario inferior: Houkosha
Y por último, una deidad local para proteger el área: Kuzuryu-Omikami, dios del agua y la cosecha.

- Santuario inferior: Houkosha

Santuario Houkosha
El Santuario Houkosha se encuentra ubicado en la parte más baja del monte Togakushi y para muchos visitantes, supone el primer punto de acceso al complejo de santuarios, eso sí, prepárate para subir una altísima y empinada escalinata de piedra
Escalinata hacia el santuario Houkosha

Houkosha está dedicado al hijo del dios consagrado en el santuario central Chusha: Ame-no-Uwaharu y es también un lugar popular entre los practicantes de shugendō, una tradición espiritual que combina elementos del sintoísmo, el budismo y las antiguas creencias de la montaña.


Como es el más distante entre los otros dos santuarios, es donde menos turistas encontrarás, pero no dejes de visitarlo si eres amante de la naturaleza, pues su entorno es realmente místico.
Si además quieres llegar caminando desde aquí hasta el santuario central, podrás atravesar un bosque de altísimos cedros.

- Santuario central: Chusha

Santuario Chusha© Esencia Japonesa

Cuando Amaterasu estaba escondida en la cueva, fue a la deidad Ame-no-Yagokoro a quien se le ocurrió una canción especial y la danza Iwato Kagura, para hacerla salir.

El santuario central Chusha está dedicado a esta deidad. 

En sus terrenos además, se encuentran un cedro sagrado gigante de 700 años junto a otro de tres cuerpos (Sanbon Sugi) y 800 años de antigüedad.

Cedro sagrado de 700 años
Sanbon Sugi (cedro sabrado de 800 años)

- Santuario principal: Okusha

Santuario principal de Togakushi, en la cima de la montaña ©Togakushi-jinja.jp

Situado en la cima del complejo sagrado de Togakushi, el Okusha es el más icónico de los cinco santuarios debido a la puerta roja que se encuentra en mitad del sendero de cedros que conduce hacia él, la puerta Zuishimon. Estos cedros de 400 años de antigüedad, forman parte de una reserva natural.

Okusha, que significa “santuario interior,” está dedicado a Ame-no-Tajikarao-no-Mikoto, dios que abrió la cueva donde se escondía Amaterasu y muchas personas lo visitan para tener éxito en los deportes y buenas cosechas.

Durante mi visita en primavera además, todavía quedaban restos de nieve, lo que le daba al entorno un encanto especial, por lo que de momento y en mi opinión,  me parece uno de los caminos más bellos de Japón.

 

Puerta Togakushi
Puerta Zuishimon ©Esencia Japonesa

Visitar los 3 santuarios Togakushi desde Nagano

Te voy a contar cómo realicé yo la visita a los 3 santuarios, Houkosha, Chusha y Okusha (en ese orden) ya que hay muchas maneras de hacerlo. Por ejemplo, hay quienes prefieren llegar en autobús hasta el santuario principal e ir bajando, pero como para mí, ésta era la guinda del pastel, lo quise dejar para el final y empecé mi camino desde abajo.

Como me estaba alojando cerca de la estación JR de Nagano, tomé bien tempranito, como alrededor de las 7:30h – 8:00h, la línea de autobús Nagano-Togakushi (lo puedes consultar en Google Maps), desde allí hasta el primer torii del santuario inferior (Houkosha).

Se tarda 1h aproximadamente en llegar y el trayecto cuesta unos 1250 yenes.

El autobús te deja justo a los pies de la gran escalinata de piedra que tienes que subir para llegar al santuario Houkosha.

 

señalizaciones a lo largo del sendero hasta el santuario Houkosha ©Esencia Japonesa

Desde aquí, puedes tomar otro autobús hasta el santuario central (unos 8 minutos)  o si aún te queda aliento tras subir las escaleras, puedes hacer un poco de senderismo. En mi caso, esta fue mi elección.

La verdad es que hacer el camino a pie merece mucho la pena. Transcurre por mitad del bosque (eso sí, ten precaución porque es una zona donde suele haber osos), no es un trayecto muy largo (unos 45min) y está muy bien señalizado. 

Al final del sendero, te encontrarás con el torii del santuario central (Chusha).

Torii del santuario central Chusha ©Esencia Japonesa

De nuevo, para continuar tu visita hasta el santuario principal, puedes tomar desde Houkosha, un autobús que te dejará a los pies de la montaña donde comienza el sendero a Okusha, o volver a caminar otros 26 minutos.

En esta ocasión, el camino no discurre tanto por medio del bosque, si no más bien por carretera, pero a mitad de camino, encontrarás un pequeño mirador en el que puedes pararte a picar algo, como hice yo, y contemplar las maravillosas vistas desde allí. Para mí fue todo un acierto.

Togakushi
Mirador para descansar de camino al santuario ©Esencia Japonesa

Al final de tu caminata, llegarás al torii que marca el inicio del camino que conduce al santuario principal.

Se trata de un sendero de 2km de longitud, que cruza un bosque de imponentes cedros de unos 400 años de antigüedad y donde puedes sentir una energía muy potente.

Torii al inicio del camino a Okusha ©Esencia Japonesa
camino togakushi
sendero de cedros hacia Okusha ©Esencia japonesa

Cuándo visitar el santuario Togakushi

Como te contaba anteriormente, mi visita tuvo lugar en primavera, concretamente a finales de marzo, y la nieve no había terminado de derretirse, sobre todo en el último tramo del camino a Okusha.

Como es algo que me pilló completamente por sorpresa, llevaba mis zapatillas de deporte habituales y me costó algún que otro resbalón recorrer el camino hasta el santuario principal, (aunque te adelanto que mi outfit no fue para nada el menos acertado de todos).

Cedro sagrado a lo largo del camino ©Esencia Japonesa

El último tramo donde ya se encontraba el edificio del santuario principal, estaba bastante nevado aún y confieso que estuve a punto de darme la vuelta, aunque la idea de rendirme tras haber llegado hasta allí me resultaba inaceptable.

Finalmente, valiéndome de mis pies, mis manos y las de otros visitantes que me ayudaban desde arriba, logré llegar (patinando) hasta mi ansiada meta.

Pero sí, ¡ahora tocaba bajar!

Una vez de vuelta por el mismo sendero de subida, esta vez sí, tomé el autobús que me llevaría de vuelta a Nagano (otra hora de trayecto).

En el santuario superior©Esencia Japonesa

Teniendo en cuenta este contratiempo que, obviamente ralentizó mi ritmo, en total emplee un día entero para visitar (con calma) los 3 santuarios, volviendo al centro de Nagano alrededor de las 17:00h, con el tiempo justo para recoger mi equipaje del hostal y  tomar el shinkansen a mi próximo destino.

Santuario Okusha nevado (finales de Marzo).

Por eso, tras mi experiencia, a menos que fueras con un equipo adecuado, desaconsejaría la visita durante el invierno y finales de otoño, siendo la mejor época durante los meses de Abril y Mayo, donde la temperatura en los Alpes Japoneses es muy agradable y la nieve ya habrá desaparecido por completo.

A pesar de todo esto, quiero añadir que hoy en día, el santuario Togakushi (sus 3 santuarios) se ha ganado un hueco dentro de mis lugares favoritos de Japón, por eso lo he incluído en el itinerario del viaje en grupo de verano de 2025. 

¿Qué te ha parecido este santuario? ¿Te gustaría dedicar un día de tu viaje a conocerlo?

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